He de reconocer que cuando me he decidido a hacer esta salsa de queso azul no esperaba un resultado tan estupendo, pero como buena amante del queso, no he podido resistirme a experimentar... ¿Cuál fue el resultado? ¡¡Pues no podía estar más deliciosa!!! Al contrario de lo que pueda parecer, el resultado final es una crema suave, que conserva el sabor tan característico y agradable de este tipo de queso.
Es muy importante elegir un buen queso, en mi caso suelo comprar queso cabrales, ya que su sabor intenso y cremoso, le da un toque muy especial.
Aunque yo lo he acompañado con pasta, en concreto con macarrones, te invito a combinarlo con cualquier otro tipo de pasta: espaguetis, tortellinis rellenos de carne, raviolis, etc. El toque estará en la salsa. Por supuesto, también la puedes combinar con otro tipos de comidas. Por ejemplo, con las papas queda riquísimo o como acompañamiento a la carne, no sabes el placer que es probar esta salsa con un buen solomillo mmm... riquísima.
Lo bueno que tiene esta receta casera de salsa de queso azul es que se hace muy fácil y de una manera rápida, en aproximadamente 15 minutos tienes una deliciosa salsa. Por supuesto, como se presta a combinar con muchos tipos de comida, lo ideal es que conserves la que te pueda sobrar para tus siguientes platos. ¿Qué te parece? ¿a que ya estás pensando en hacerla?
Dicen que detrás de cada receta hay una historia, en el caso del queso azul, según la leyenda, un campesino dejó un trozo de queso de cabra en una cueva y al volver al cabo de poco más de una semana tenía un olor intenso y tonalidades de azul. Curiosamente, pensó que aquello no podía estar muy bueno, pero debido al hambre que tenía se lo comió, le gustó tanto su textura y sabor que
continuó dejando algunos trozos para que adquiriese el mismo color y poder seguir disfrutando de este manjar.
¡ A la cocina !
Es muy importante elegir un buen queso, en mi caso suelo comprar queso cabrales, ya que su sabor intenso y cremoso, le da un toque muy especial.
Aunque yo lo he acompañado con pasta, en concreto con macarrones, te invito a combinarlo con cualquier otro tipo de pasta: espaguetis, tortellinis rellenos de carne, raviolis, etc. El toque estará en la salsa. Por supuesto, también la puedes combinar con otro tipos de comidas. Por ejemplo, con las papas queda riquísimo o como acompañamiento a la carne, no sabes el placer que es probar esta salsa con un buen solomillo mmm... riquísima.
Lo bueno que tiene esta receta casera de salsa de queso azul es que se hace muy fácil y de una manera rápida, en aproximadamente 15 minutos tienes una deliciosa salsa. Por supuesto, como se presta a combinar con muchos tipos de comida, lo ideal es que conserves la que te pueda sobrar para tus siguientes platos. ¿Qué te parece? ¿a que ya estás pensando en hacerla?
Dicen que detrás de cada receta hay una historia, en el caso del queso azul, según la leyenda, un campesino dejó un trozo de queso de cabra en una cueva y al volver al cabo de poco más de una semana tenía un olor intenso y tonalidades de azul. Curiosamente, pensó que aquello no podía estar muy bueno, pero debido al hambre que tenía se lo comió, le gustó tanto su textura y sabor que
continuó dejando algunos trozos para que adquiriese el mismo color y poder seguir disfrutando de este manjar.
¡ A la cocina !
Ingredientes para la Salsa de queso azul
- 100 g Queso cabrales
- 200 ml Nata de cocina
- Media Cebolla
- 25 g Mantequilla
Preparación de la Salsa de queso azul
- Trocea la media cebolla en trozitos pequeños, cuanto más pequeños mejor.
- En una sartén pon la mantequilla y ponlo a fuego suave hasta que esté derretida.
- Añádele la cebolla troceada y remueve de vez en cuando hasta que la cebolla esté un poco dorada y blanda.
- Si la vas a acompañar con pasta, cuécela según las indicaciones del paquete.
- Trocea el queso un poco y añádelo, remueve continuamente hasta que el queso se haya derretido por completo.
- Ahora añádele la nata y remueve constantemente durante unos 10 minutos, hasta que veas que la nata y el queso está bien integrado, notarás que espesa un poco, sírvela caliente porque al enfriarse espesa más ya que es de queso y... ¡ lista para comer !
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